La Comunidad Terapéutica El Camino es un centro especializado en la rehabilitación de personas que enfrentan adicciones, comprometido con ofrecer un espacio de sanación y transformación.
Ubicada en un entorno natural propicio para la reflexión y el crecimiento personal, nuestra comunidad adopta principios cristianos como los cimientos de nuestro enfoque terapéutico. Creemos que la fe, el apoyo emocional y la comunidad son fundamentales en el proceso de recuperación.
En un ambiente de camaradería, apoyo, amor y amistad, en la Comunidad Terapéutica El Camino, el internado vivirá una experiencia única, que le permitirá adquirir herramientas para crear un nuevo estilo de vida y alejarse de su adicción.
Valores
Nuestros valores se basan en los principios bíblicos cristianos, la ética, el amor y el respeto por la vida. Educación continua y ayuda mutua.
Estuve aquí en El Camino durante 6 meses y, en ese tiempo, aprendí muchísimas cosas sobre la vida. Aprendí a quererme a mí mismo y a recuperar la confianza de mi familia. Este lugar es maravilloso, ya que me permitió conocerme mejor y sentirme más libre.
Este lugar es perfecto para la recuperación, lleno de tranquilidad y paz. Los educadores son amables, te respetan y, además, te enseñan lo mejor. Yo ingresé el 24 de mayo y salí el 21 de noviembre del 2020; al salir, estaba jugando partidos y, además, trabajando. Vivía la nueva vida que siempre soñé tener, al lado de Dios. Ahora tengo la posibilidad de salir del país y progresar poco a poco cada día con la ayuda de Dios.
Estuve aquí durante 6 meses, y en ese tiempo pude aprender muchas cosas acerca de la vida; aprendí a quererme a mí mismo y también recuperé la confianza de mi familia. Este lugar es maravilloso; aquí pude conocerme mejor y experimentar una verdadera sensación de libertad. Es un espacio espectacular para la rehabilitación, lleno de paz y tranquilidad. Los educadores son muy amables, respetuosos y enseñan de la mejor manera.
La comunidad me abrió sus puertas el 21 de mayo de 2019, y permanecí hasta el 21 de noviembre del mismo año. Al finalizar ese tiempo, al salir, ya contaba con un trabajo y estaba viviendo una nueva vida, construyendo una relación con Dios; una vida que siempre soñé. Ahora tengo la oportunidad de salir del país y seguir progresando cada día, con la ayuda de Dios.